miércoles, 12 de febrero de 2014

Way Down East (1920)

Cuando se trata de aprender acerca de algo que me llame la atención, me gusta dirigirme al inicio a ver que encuentro. Durante el periodo de "inicios del cine" vi las típicas películas, disfruté de Méliès y Porter, vi los bucles de Pickford, leí sobre las vidas de las Talmadge, pero hubo una actriz y un director que me hipnotizaron: Lillian Gish y David Wark Griffith; Gish me cautivó con su delicada belleza y tremendo talento al actuar y mantener una carrera durante casi ochenta años.

Casi etérea ¿no es así? Imagen Via

Respecto a Griffith ¿Qué puede decirse que no se haya dicho ya? un genio de su generación, el padre del cine como lo conocemos hoy, sus innovaciones en sus planos y estilos de filmación que van desde historias épicas hasta aquellas llenas con toques de melosería, siguen observándose en las películas de la actualidad.

Griffith (sentado con sombrero y traje), genio y figura hasta su olvidada sepultura. Imagen Via

Digo "toques de melosería" porque Griffith siempre tuvo una tendencia a la sensibilidad, demasiada en algunos casos, las cuales podían aparecer en los intertítulos o en una película completa, como es el caso de "Way Down East" que podría llamarse la madre de los melodramas. En este filme, Griffith y Gish nos presentan la historia de una mujer, Anna, que por su ingenuidad termina cayendo en la desgracia para después encontrar a su verdadero amor, una historia para nada pretenciosa, pero no por ello presentada de manera mediocre.

¡Filmar en los veintes no era cosa fácil! Imagen Via

En Way Down East, Anna (Gish), una chica de campo, debe de ir a pedirle ayuda a su familia en la ciudad para seguir adelante con su madre, pero termina casándose con un hombre rico llamado Lennox (Lowell Sherman) en una boda falsa,quien termina abandonándola con su hijo. La vida de madre soltera y la pobreza terminan siendo demasiadas para Anna, ya que pierde a su bebé debido a una enfermedad, todo esto hace que Anna huya de su vida anterior y vague por diversos lugares. Tiempo después la joven encuentra trabajo en la granja de la familia Bartlett, cuyo hijo David (Richard Barthelmess) empieza a interesarse en ella.

imagen Via

Las aproximaciones de David hacen que Anna sienta la necesidad de contarle su historia, pero al hacerlo él la rechaza. Con su corazón roto, y por cosas del destino Anna vuelve a enfrentarse a Lennox, quien llega al hogar de los Bartletts persiguiendo a una muchacha con las mismas intenciones que tenía al casarse con Anna, que promete no revelar su pasado al resto de la familia.

Por culpa de las chismosas del pueblo, el patriarca de los Bartletts descubre el pasado de la pobre muchacha. Anna es expulsada de su nuevo hogar, no sin antes presentar al verdadero Lennox y desaparecer en la nieve (si duda del talento de algunas de las actrices de la época, por favor vea esta escena). David, al descubrir todo esto decide ir en su búsqueda, durante el clímax de la película , en una secuencia emocionante, encuentra a Anna  antes de morir en el agua helada, la rescata y en menos de dos minutos todos son felices para siempre.

Ahh...el amor. Imagen Via

Si bien tiene una trama casi de telenovela, de aquellas que tanto apreciaba Griffith y que no cala en el público actual, tiene momentos que vale la pena rescatar, la manera en la que captura el paisaje rural a través de su lente, el clímax de la película, que es un triunfo para los filmes de inicio de siglo, ya que fue grabado sin efectos especiales y quedó perfecto.


De acuerdo con Gish, luego de filmar esta escena, tuvo dolores en la mano de por vida. Imagen Via

Vale la pena verla por lo menos una vez, obviando las tendencias predicadoras y moralistas de las tarjetas de Griffith y dejarse llevar  por los paisajes y las actuaciones, por escenas llenas de belleza o ternura, desde gatos soñolientos hasta el final feliz que hace sonreír al corazón. La recomiendo completamente, como ya dije : Worth the watch! 




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