lunes, 10 de diciembre de 2012

So much music so little time

Hace dos años vino una de mis bandas favoritas a Rock al Parque , ya sé que fue hace mucho pero como dije dos días después de verla "no puedo sacar las canciones y las sensaciones de mi cabeza"...bueno, han pasado no sé cuantos meses, días, horas, minutos y segundos desde entonces y esos recuerdos siguen vívidos y hacen que sonría sola, incluso en el transmilenio al escuchar sus canciones en el mp3.

La banda a la que me refiero es Mutemath, quienes tuvieron su primera experiencia frente a un publico latino tocando en "el festival gratuito más grande de latinoamérica", para ese entonces ya habían sacado dos álbumes maravillosos, que yo había devorado en el trascurso de 10 meses, pero con los que me obsesioné cuando supe que vendrían.

Llegó el 5 julio , llegué al Parque Metropolitano Simón Bolívar a las ocho de la mañana casi sin desayunar, con un dolor de estómago  de esos que hace que uno no quiera levantarse de la cama y con una apariencia de zombie estilo "Amanecer de los Muertos" (sin mentir), esperé a que abrieran junto a un amigo mío y el mejor amigo de este, un chico que con el tiempo he llegado a considerar mi hermano musical. 

Escuchamos bandas y cantantes que no nos convencían para nada, reafirmamos nuestra poca fe en los organizadores, la hermosa lluvia nos bañó hasta los huesos; entre decenas de personas hicimos una cubierta con plásticos para protegernos del agua pero la desarmamos para poder ver a Zoé, estuvieron geniales ¡León suena igual en vivo! eso siempre es un "plus". Escucharlos fue el elevador de moral que necesitábamos para esperar a los señores de Nueva Orleáns. Siguieron otras bandas y la ansiedad iba creciendo, hasta que por fin llegaron las seis de la tarde, El Sinsentido bajo de la tarima (gracias a Dios), se apagaron las luces...después de varios minutos, Paul y los demás saludaron y empezó el show.

Como si fuera el efecto de un placebo, mi dolor de estómago y de cabeza por falta de almuerzo e indigestión de varios días desaparecieron entre un montón de gritos,pisotones, empujones y sensaciones de piel de gallina desde el momento en el que Paul dijo "tocaremos unas canciones viejas y otras nuevas" pasando por cada canción, especialmente durante "Noticed" y "Typical" en las que fui feliz y canté a pulmón herido; pero el momento en el que la emoción floreció y las lágrimas casi empiezan a fluir llegó con "You are Mine", la canción con la que los conocí, recuerdo la noche en la que la escuché por primera vez. Quedé estupefacta, paralizada durante cuatro minutos de pura perfección, luego estallé en más gritos, la espera de ocho horas valió la pena. 

El resto del concierto no declinó en calidad, basta con decir que todas aquellas sensaciones me asaltan en cualquier momento y muchas de las imágenes están impresas en mi retina...y pensar que iba a irme por que no aguantaba el dolor de estómago ¡de lo que me habría perdido!

Ese día ha sido uno de los mejores de mi vida, conocí a una persona genial, con la que comparto una buena parte de mi gusto musical, y el amor que siento por la música aumentó a más de 8000 (if you know what I mean!). 

Pocas veces he visto a una banda así, Mutemath fue la sorpresa del festival, la mayoría de personas parecían no conocerla, una hora después, estaban casi que enamorados de ella, this is what music is about right? para  después ver que el acto principal tuvo una presentación  decepcionante ¿quién lo esperaría?

Quiero que vuelvan ¡y que toquen por más de dos horas si es posible! e iría de nuevo con el par de acompañantes que tuve ese día, cruzo los dedos para que toquen la canción que quedaron debiendo "Clipping".

El estado zombie no me permite escribir más, así que solo diré...como el título del libro que tanto odio ¡que viva la música! total es cierto , que viva .